POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE LA SEMANA EMPIEZA EN DOMINGO

La respuesta a esta pregunta tiene que ver con el antiguo sistema de horas planetarias, el cual divide el día y la noche cada uno en 12 porciones iguales de tiempo. Hay un orden ininterrumpido de los planetas visibles que gobiernan las 24 horas del día, y este orden se basa en la velocidad de los planetas.

El planeta más rápido es la Luna, seguido de Mercurio y Venus. Desde un punto de vista geocéntrico, luego viene el Sol, mientras que desde una perspectiva heliocéntrica es la Tierra. Le siguen Marte y después Júpiter, y el planeta más lento es Saturno: *

  • Luna
  • Mercurio
  • Venus
  • Sol/Tierra
  • Marte
  • Júpiter
  • Saturno

Como los planetas orbitan alrededor del Sol como punto central de nuestro sistema solar, la lista de las horas planetarias comienza con el Sol. Desde el Sol en el centro, subimos a los planetas más veloces, o sea, Venus, Mercurio y la Luna, y luego retornamos al Sol desde abajo, desde los planetas más lentos de Saturno, Júpiter y Marte. Así obtenemos el siguiente orden:

  1. Sol
  2. Venus
  3. Mercurio
  4. Luna
  5. Saturno
  6. Júpiter
  7. Marte

Este orden se repite continuamente y nos da el esquema de las horas planetarias del día y de la noche:

Hay que tener en cuenta que el día védico no comienza a medianoche sino al amanecer. Por lo tanto, la primera hora del día es siempre la primera hora después del amanecer, cuya hora exacta, por supuesto, varía según la estación del año. Las horas planetarias tampoco corresponden a los sesenta minutos de los que, normalmente, consta una hora. Esto se debe a que el día entero se divide en las dos partes de día y noche, empezando la noche con la puesta del sol, lo que significa que según las estaciones, las horas diurnas y nocturnas difieren en duración, excepto en los equinoccios cuando el día y la noche están equilibrados en longitud.

Hay calculadoras online para saber las horas planetarias de cada día y zona horaria, y apps para el móvil, que son muy útiles si deseamos alinear la actividad que queremos realizar con la influencia del planeta asociado. Si queremos escribir algo importante o significativo, lo haríamos un miércoles, el día de Mercurio, y a una hora planetaria gobernada por Mercurio. Elegimos a Júpiter para una inversión de dinero, a Venus para un encuentro amoroso o para disfrutar de un masaje. Las horas planetarias de la Luna se prestan para cocinar, y las de Saturno para limpiar y poner orden.

Los siete días de la semana reciben el nombre del planeta que gobierna la primera hora de ese día. La semana comienza en domingo porque el Sol gobierna la primera hora del primer día, por lo que el Sol se convierte en el señor del primer día. Podéis ver en el esquema que este primer día termina con el gobierno de Mercurio durante la última hora de la noche. Como el siguiente planeta en el orden ininterrumpido de planetas es la Luna, el segundo día comienza con la Luna, que se convierte en la señora del segundo día o lunes.

El tercer día es martes, día de Marte, porque la primera hora del tercer día está gobernada por Marte. Y luego vienen miércoles (Mercurio), jueves (Júpiter), viernes (Venus) y sábado (Saturno), todos determinados por la regencia del correspondiente planeta sobre la primera hora del día en cuestión.

En Estados Unidos, Canadá y Japón, la semana comienza con el domingo. Pero en Europa se ha convertido en costumbre comenzar la semana con el lunes, como se hacía en la URSS. Esto no sólo es irrespetuoso hacia el Sol, sino que también significa romper la armonía intrínseca del orden planetario, el cual tiene todo que ver con el flujo natural de las cosas y con nuestro bienestar en términos de finanzas, economía y el suministro de alimentos. La Luna es un planeta muy voluble y si lo usamos como el gobernante del primer día de la semana, va a traer muchos altibajos en nuestra vida.

De ahí que es importante no usar calendarios que pongan el lunes como primer día de la semana, y que honremos al Sol los domingos con una vela y el mantra Ram.



* Urano, Neptuno y los objetos del Cinturón de Kuiper como Plutón, no son visibles para el ojo humano y no son parte del sistema planetario védico tradicional.