JYOTISH & YLLARA
Bienvenidos a mi nuevo sitio web que, sobre todo, es un blog donde comparto perlas de sabiduría védica relacionadas con la astrología, que espero os resulten interesantes. Os invito a comentar los artículos y a suscribiros si deseáis ser notificados de nuevas publicaciones.
Mi interés
en la astrología comenzó hace unos 20 años, cuando me sumergí en el sistema
calendario de la cultura maya. En 2012 con uno de sus calendarios terminando,
comencé a estudiar astrología evolutiva occidental, luego indagué en la astrología
renacentista y, finalmente, descubrí la fascinante profundidad de la astrología
védica, que es una de las seis ramas de los Vedas, palabra que significa conocimiento
o sabiduría, y se refiere a textos ancestrales del subcontinente indio que constituyen
los escritos indoeuropeos más antiguos.
Estos textos
sagrados fueron canalizados por los sabios de la antigüedad en estados
superiores de conciencia, y contienen los algoritmos vibratorios del universo.
Inicialmente, se transmitían sólo oralmente de una generación a otra. Pero
finalmente, entre 1.500 y 500 a.C., cuando el mundo cayó de Dwapara Yuga a Kali
Yuga, los Vedas fueron escritos en sánscrito védico.
El ciclo de
los yugas deriva de la precesión de los equinoccios, que es el movimiento que
el eje de la Tierra en su rotación provoca a lo largo de la eclíptica. El eje
de nuestro planeta tarda 72 años en pasar por un grado del zodíaco y 25.920
años en completar un ciclo completo. La mitad de todo el ciclo cubre los cuatro
yugas, Satya Yuga, Treta Yuga, Dwapara Yuga y Kali Yuga. Luego vamos de Kali
Yuga de regreso a Dwapara Yuga, Treta Yuga y Satya Yuga.
La Tierra
gira con el Sol y todo el sistema solar alrededor del centro de la Vía Láctea,
a la imponente velocidad de 200 km por segundo, y orbita también una estrella
más grande. Se cree que este tipo de súper sol es Alcione, la estrella más
brillante de la constelación de las Pléyades, aunque otros apuntan a la
constelación de Sirio, Orión o Cygnus. Cada vez que la Tierra se acerca a este
sistema estelar más grande, que es cuando el eje de la Tierra apunta al centro
de la Vía Láctea, consciencia se expande y la vida en la Tierra se eleva a
mayores posibilidades en SatyaYuga. Y cuando nuestro planeta está más lejos de él y el eje terrestre
apunta en la dirección opuesta, la conciencia cae al nivel más bajo de Kali
Yuga.
Hay sacralidad en la relación entre el Sol, la Tierra y la Luna. El diámetro del Sol es aproximadamente 108 veces mayor que el de la Tierra, y la distancia promedia entre la Tierra y el Sol es 108 veces el diámetro del Sol, mientras que la distancia promedia entre la Tierra y la Luna es aproximadamente 108 veces el diámetro de la Luna. Esta es la razón por la que la Luna parece tener el mismo tamaño que el Sol a la hora de un eclipse.
Y la astrología
védica o Jyotish, que significa ciencia de la luz, divide la órbita de la
Tierra alrededor del Sol no solo en las 12 porciones de los signos zodiacales
solares, sino también en 27 constelaciones de estrellas que se conocen como nakshatras
o mansiones lunares. Cada una de ellas se divide en cuatro segmentos iguales
llamados padas. Si multiplicamos 4 por 27 es igual a 108. El alfabeto sánscrito consta de 54 letras, cada letra
tiene una cualidad Shakti (femenino) y otra Shiva (masculina), y si multiplicamos
54 por 2 obtenemos nuevamente 108. Y 108 es también el número de cuentas que tiene un mala.
La
existencia de la sabiduría védica en la India hoy en día se debe a Adi
Shankara, un erudito y maestro indio del siglo VIII d.C. que restauró el dharma
védico en un momento de conflicto entre numerosas sectas que habían surgido.
Tiene un estatus sin paralelo en la tradición del Advaita Vedanta, una práctica
no dualista o monista que se refiere a la idea de que solo Brahman es real, mientras
que el mundo fenomenológico transitorio es considerado solamente una apariencia
ilusoria.
Mi propio
enfoque espiritual resuena más con otra tradición no dualista derivada de los
Vedas conocida como Shaivismo de Cachemira o Trika Tantra, que se originó en
Cachemira en el siglo IX d.C. y floreció particularmente en Orissa, en el sur
de la India, debido a su gran exégeta Abhinavagupta, un filósofo y místico del
siglo X. El Trika Tantra no niega el mundo, sino que ve y saborea la sacralidad
de la creación, el gozo de estar vivo y de poder realizar el potencial
inherente en el ser humano. Es un ancestral sendero del corazón de unificación
con el Ser y la consciencia única que quiere ser experimentada de forma
directa. Descubrí este camino gracias a las enseñanzas de Igor Kufayev y Sundari Ma, a los que expreso mi gratitud.
Presento mis respetos y agradecimiento al profesor Sanjay Rath y sus brillantes alumnos Visti Larsen y Freedom Cole, que enseñan Jyotish en el linaje de Sri Achyutananda
Dasa, un rishi del siglo XVI de Orissa, India, con un vasto conocimiento de astrología, ayurveda y otros shastras.
El Jyotish refleja
una hermosa cosmovisión ancestral que reconoce la interconexión entre el ser
humano como espíritu en forma con todo el universo como un único ser vivo
sagrado. Es una ciencia de autodescubrimiento que nos enseña cómo funciona la
vida y nuestro propósito para estar aquí. El estudio y la práctica de la
astrología védica enriquecen mi vida, y espero enriquecer la vuestra con las
perlas que aquí comparto de su vasta sabiduría.
Con amor, Yllara 💗