LA IMPORTANCIA DEL ATMAKARAKA, EL REY DE NUESTRA CARTA NATAL

Atma significa alma, y Karaka quiere decir significador o representante. El Atmakaraka representa el alma individual en una carta natal védica y muestra la naturaleza interna del nativo. El planeta que asume el papel del Atmakaraka revela la semilla de cualquier anhelo y la más profunda inclinación dentro de una persona.

Según los antiguos textos védicos, el alma individual (Jivatman) es una chispa de luz asentada en el chakra corazón humano (Anahata). Parashara, uno de los venerables sabios de la astrología védica, habla de Jivatman también como asta-atman (asta = ocho), porque el alma individual no es una única fibra de luz blanca, sino que tiene ocho fibras en los siete colores del arco iris, más el color negro, y esta chispa de luz se extiende con sus ocho fibras hacia las ocho direcciones cardinales.

Las ocho fibras del alma se correlacionan con los ocho pilares sobre los que se construye el alma y con sus ocho planetas asociados: los cinco Tattvas o elementos (Tierra, gobernada por Mercurio – Agua, gobernada por Venus – Fuego, gobernado por Marte – Aire, gobernado por  Saturno – Éter, gobernado por Júpiter), más las dos luminarias (Sol y Luna), y el deseo (Rahu). Eso significa que el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno y Rahu son los ocho Chara Karakas o representantes de ocho diferentes aspectos de nuestra vida: Atmakaraka, Amatyakaraka, Bhrattrikaraka, Matrikaraka, Pitrikaraka, Putrakaraka, Gnatikaraka y Darakaraka. Son únicos para cada alma individual porque toman su lugar en función de la longitud del arco atravesado por los planetas en la carta natal.[i]

El Atmakaraka (AK) es el planeta más avanzado por grados en cualquiera de los 12 signos. Significa que el planeta más cercano a 30º se convierte en Atmakaraka o rey de la carta. Es el planeta con más karma acumulado y quien decide el rumbo de la presente vida, porque sabe en qué aspectos kármicos el nativo debe trabajar para la evolución espiritual del alma individual.

El siguiente en orden descendente es el Amatyakaraka (AmK), que indica el karma a nivel del alma relacionado con el trabajo y la carrera del nativo, seguido por el Bhratrikaraka (BK) que representa el conocimiento y la guía espiritual. El Matrikaraka (MK) habla del karma relacionado con la madre y la patria, el Pitrikaraka (PiK) representa al padre y la religión, y el Putrakaraka (PK) se refiere a los hijos y el linaje. Finalmente, el Gnatikaraka (GK)  significa la familia o grupo de apoyo del nativo, y el Darakaraka (DK) indica el cónyuge o la pareja. Este es siempre el planeta con el grado más bajo, más cercano a 0º y, por lo tanto, el planeta con menos karma, motivo por el que podemos perdurar en esta relación.

En este artículo, nos vamos a centrar en el Atmakaraka. Con tal propósito, vamos a echar un vistazo a esta representación de Anahata Chakra:

En los antiguos textos del Jyotish, el chakra corazón es representado como una flor de loto con doce pétalos externos y ocho interiores. Los doce pétalos exteriores se refieren a los doce meses del año y representan el zodíaco interior del ser humano. El Sol (Atman o fuerza vital) y la Luna (Manas o mente) se encuentran cada 30 días, o sea, doce veces en un año solar. Los ocho pétalos internos, por su parte, representan las ocho variables kármicas (Chara Karakas) del alma humana individual, con el Sol expandiéndose hacia el este, Venus al sureste, Marte al sur, Rahu al suroeste, Saturno al oeste, la Luna al noroeste, Mercurio al norte y Júpiter al noreste. El círculo interno representa Paramatman, el alma universal con la que el alma individual aspira a fusionarse.

Esta expansión en distintas direcciones es un reflejo del funcionamiento de diferentes tendencias, a veces conflictivas, a través de cuya mente el alma ve, siempre esforzándose por quemar karma. La astrología védica estudia el Atmakaraka y los otros Chara Karakas del nativo para entender cuál es el deseo más profundo y cuáles son las otras inclinaciones del alma individual.[i]

Cuando el Sol se convierte en el Atmakaraka, el nativo tiene un hondo aprecio por el honor, el respeto y el liderazgo. Necesita desarrollar confianza en sí mismo, pero el auto empoderamiento tiene que ir de la mano de la necesaria humildad. La LUNA como Atmakaraka muestra un alma muy cariñosa y compasiva, pero los nativos necesitan aprender desapego, así como manejar su naturaleza emocional fluctuante. MARS como Atmakaraka muestra a un guerrero orientado a la acción y con mucha energía, aunque podría ser demasiado agresivo o competitivo. Estos nativos necesitan aprender a jugar, y a descansar y relajarse. Están llamados a seguir el camino de la no violencia (Ahimsa).

Los nativos con MERCURIO como Atmakaraka son lógicos e intelectuales, con mucho interés en información y comunicación. Necesitan aprender a apreciar la veracidad, debatir quizás menos, y estar más presentes en el cuerpo. Cuando JUPITER se convierte en Atmakaraka, el nativo anhela sabiduría y expansión de conciencia. Es importante para ellos respetar las opiniones de los demás, que pueden diferir, así como honrar al gurú, respetar a la pareja y cuidar bien de los niños. Con VENUS como Atmakaraka, hay una afinidad por la estética, el arte, la belleza, la creatividad y la sensualidad. El alma quiere llevar una vida armoniosa y equilibrada, y los nativos deben tener cuidado con los extremos o excesos en el romance y la sexualidad.

Cuando Saturno se convierte en Atmakaraka, el nativo es humilde y disciplinado, se preocupa por el sufrimiento y cómo aliviarlo. Necesitan aprender compasión con el sufrimiento ajeno, en vez de sentir lástima por ellos mismos. Son llamados a servir a la vida y la familia de la humanidad. RAHU es probablemente el Atmakaraka más exigente porque los nativos deben enfrentar grandes desafíos en su vida, debido a la aspiración del alma de revelar todo el potencial místico y oculto de la persona. Elaborar buen discernimiento y abstenerse del engaño es esencial, ya que pueden ser engañados a menudo y enredarse en situaciones difíciles. Para ellos es importante no engañar ellos, y ser claros y transparentes con sus intenciones.

La casa donde se encuentra el Atmakaraka cobra especial importancia y muestra cómo y en qué área de la vida, estamos destinados a quemar karma. Si el Atmakaraka, por ejemplo, se encuentra en la casa 7, aprenderemos a través de las relaciones, y eso puede no ser siempre agradable. El Atmakaraka es más importante que el regente del Ascendente, o el regente del signo de la Luna o del signo del Sol. Cuando el mismo planeta es Atmakaraka y regente del Ascendente, mucho karma se quemará en la vida presente, lo cual tampoco será siempre fácil. Pero si el Atmakaraka es fuerte, lo cual quiere decir exaltado, en su propio signo o en el signo de un amigo o Nakshatra amistoso, el nativo es capaz de enfrentar y transmutar las agitaciones kármicas que se presentan. Pero si el Atmakaraka está debilitado o en el signo de un enemigo, la vida del nativo puede ser realmente dura.


Echemos un vistazo a la carta natal de Carlos Windsor, el actual rey de Gran Bretaña. Como podemos ver, su Atmakaraka es el Sol, lo cual resalta cuestiones de liderazgo y de auto confianza. El Sol se encuentra en la 4ª Casa, en conjunción con el Nodo Sur de la Luna (Ketu) y con Mercurio, que es su Pitrikaraka. Carlos quema karma a través del intento de encontrar felicidad, y problemas kármicos con su familia, su tierra y con su padre van a surgir. Además, su Darakaraka Júpiter está en la casa 6, augurando dificultades en torno al tema del matrimonio.

Siempre debemos leer nuestra carta natal no solo desde el Ascendente como primera casa de nuestro horóscopo, sino también desde la casa donde se coloca el Atmakaraka como si fuese la primera casa, y tener en cuenta que siempre hay dificultades con la 6ª casa y la 8ª casa, en este caso desde el Atmakaraka. En la carta del rey Carlos, estas son la casa 9, que gobierna nuestra visión del mundo y cómo encajamos, y la casa 11, que es una casa de cumplimiento de deseos. Ambos temas son señalados como no fáciles de alcanzar para él.

Es importante tener en cuenta los periodos de regencia planetaria de Vimshottari Dasha, para saber cuándo se da la activación más intensa del Atmakaraka. Por lo demás, es interesante saber que el Atmakaraka, si está en conjunción con el Matrikaraka, no solo muestra cómo quemamos karma principalmente, sino que también señala que estamos destinados a aprender cómo experimentar felicidad verdadera. Y en conjunción con el Darakaraka, el alma aprende a amar profunda e incondicionalmente. A lo largo de nuestra vida, exploramos los temas de la casa donde se encuentra el Atmakaraka y los temas de la casa o casas que gobierna el Atmakaraka, más y más profundamente, indagando en estos temas y trabajando una capa tras otra.[i]

Finalmente señalar que el Jyotish considera que el Atmakaraka representa la voz de Shiva, y es importante que prestemos atención a esta voz. Si es el Sol, los mensajes divinos llegan a través del padre o figuras paternas. Con la Luna como Atmakaraka, vienen a través de la madre o figuras maternales. Si es Marte, los hermanos los entregarán. Con Mercurio, debemos escuchar a los niños. Si Júpiter o Venus son el Atmakaraka, es nuestro cónyuge o pareja quien brinda orientación. Y con Rahu, extraños, extranjeros y a veces animales van a ser los mensajeros.

Si tienes curiosidad acerca de tu Atmakaraka y los otros Chara Karakas de tu horóscopo, puedes calcular tu carta natal védica aquí.



[i] Tenga en cuenta que el Sol gobierna a Leo, la Luna Cáncer, Marte Aries y Escorpio, Mercurio Géminis y Virgo, Júpiter Sagitario y Piscis, Venus Tauro y Libra, Saturno Capricornio y Acuario, y Rahu co-gobierna Acuario (Ketu co-gobierna Escorpio).


[i] Esta técnica está destinada a ser aplicada sólo a la carta sideral.


[i] Como Rahu siempre está retrógrado, debemos medir su longitud desde el final del signo. Por ejemplo, si Rahu está en 5º20' en cualquier signo de la tabla, a efectos de calcular Chara Karakas, debemos restar 5º20' de 30º, es decir 24º40'.